Aplicando diversas herramientas de creatividad podemos conseguir capturar ideas por parte de nuestros equipos de trabajo, luego tenemos que pasar a concretar dichas ideas en oportunidades de negocio aplicando la innovación y es ahí donde encontramos algunos problemas para pasar de la visión hacia un prototipo fiable, aquel que nos permita avanzar en nuestra propuesta de negocio. Las metodologías tradicionales presentan algunas dificultades en términos de tiempo y de flexibilidad, por lo que metodologías como la de SCRUM nos permiten de una manera ágil ir incrementando el valor para nuestro proyecto e ir convirtiendo dicha visión en un producto o prototipo sobre el cual podamos seguir construyendo nuestra propuesta.
Este fue uno de los temas tratados como parte del Seminario Avanzado Modelos de Gestión de la Innovación durante la Semana de la Innovación – Innotec 2014 organizado por el Centro de Innovación de IPAE con el título de Prototipado Ágil a cargo del especialista Mateu Batle Sastre
Un prototipo de acuerdo a la definición tradicional es un ejemplar original o primer molde en que se fabrica una figura u otra cosa (según la RAE), un ejemplar más perfecto de algo. Pero para nuestro proyecto o idea de negocio un prototipo sería una representación limitada de un producto, una aproximación en una o más dimensiones, representaría un paso más en el proceso de innovación y que resulta importante pues nos resulta útil para aprender o explorar, para realizar pruebas de funcionamiento, para poder mostrarle a futuros clientes o proveedores.
Algunas de las características de los prototipos es que tienen una funcionalidad limitada, poca fiabilidad y un costo bajo, pues se encuentran pensados y construidos para aprender, para que sean rápidos de fabricar y por lo tanto nos interesan que sean baratos para que nos puedan servir para las pruebas y experimentación. Un prototipo puede ser exploratorio cuando no es reutilizable, experimental cuando su uso es para validación o pruebas y operacional cuando va a ser refinado progresivamente.
Dada la importancia y utilidad de un prototipo, pues resulta interesante saber ¿cómo desarrollar prototipos?, para lo cual en la gestión de proyectos existe la metodología tradicional (en cascada), que tiene algunas ventajas y desventajas.
Entre las ventajas de la metodología tradicional es que es fácil de planificar y de usar, se encuentra basada en documentos, ha resultado muy popular por su facilidad de uso y podríamos decir que funciona bien si es que los requisitos son claros y se dan pocos cambios.
Pero presenta también sus desventajas como ser poco tolerante al cambio, los resultados se ven recién al final del proceso, la realimentación resulta cara y lenta, como referencia para la industria del software el 18% proyectos terminan en fracaso, un 43% se entregan mal y solo el 39% de los proyectos resultan exitosos.
Por lo tanto se vio la necesidad de un cambio de mentalidad y desarrollar metodologías ágiles, que permitan la construcción por partes que se puedan usar y probar, que se pueda adaptar a los cambios, que permitan el involucramiento del cliente interesado en el proyecto y que nos proporcione un feedback continuo de los que lo van a usar, lo cual brinda una mayor garantía del éxito.
En estas metodologías los equipos se auto-organizan, lo cual motiva más a los equipos de trabajo y en cada interacción se van produciendo mejoras por lo que el proceso va mejorando continuamente.
Una de estas metodologías es SCRUM, cuya palabra viene del fútbol americano o del rugby por la forma en que se organiza el equipo durante el juego. Esta metodología se basa en el empirismo, con un enfoque iterativo e incremental, que se encuentra limitado por el tiempo, lo que lleva a que las reuniones tengan tiempos determinados, pues en cada iteración hay un objetivo que es entregar un producto que sea vendible o potencialmente entregable; siempre buscando conseguir valor para el usuario final
Como se ha comentado se intenta siempre priorizar por el valor para el usuario y si invocamos por experiencia al Principio de Pareto resulta que el 80% del valor viene del 20% de la funcionalidades de un producto o servicio, y en la práctica el 60% de las funcionalidades son raramente usadas; por lo tanto se busca un producto de alto valor en el menor tiempo posible.
La Metodología SCRUM se encuentra basado en sprints que son iteraciones de un tiempo fijo, lo cual permite entregar un producto que se encuentre testeado y que sea potencialmente vendible. Se identifican e roles principales: dueño del producto, equipo scrum y el scrum master
- El Dueño del Producto es aquel líder que tiene la visión del producto, es el responsable del retorno de inversión (ROI), se centra en lo qué se quiere y no en cómo se hace, buscando siempre cómo maximizar el valor del producto.
- El Equip SCRUM es un equipo multifuncional conformado por miembros con diferentes capacidades y es el responsable de entregar el producto potencialmente entregable en cada sprint.
- El Scrum master es el encargado del proceso de scrum, es un facilitador que busca eliminar los obstáculos en el proceso, pone las reglas, guíando el proceso y evitando las distracciones al equipo.
Como referencia veamos como es una reunión diaria del equipo:
- Tiempo: 15 minutos, misma hora todos los días
- Asisten: Equipo, Scrum Master
- Lugar: cerca del tablero de tareas scrum
- En círculo, de pie, sin sillas / teléfonos / portátiles
- Cada asistente responde: qué hice ayer?, qué voy a hacer hoy?, que obstáculos tengo?
- Otros temas se discuten fuera de la reunión
Estas son reuniones para refinar, planear y revisar las tareas que se llevan a través de un tablero que sirve para el seguimiento del proyecto. Como verán el equipo se encuentra enfocado en el trabajo partiendo de la duración que es acotada, el equipo evita las distracciones y cada uno informe aquello que realizó el día anterior, lo que va a realizar en dicho día y cuáles son los principales problemas que deben ser resueltos.
Para mayor información el Centro de Innovación de IPAE ha publicado la exposición en el siguiente enlace:
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