La caja de herramientas de la figura fue diseñada y fabricada a finales del siglo XIX por Henry Studley, un reparador y fabricante de órganos norteamericano.
En su interior tiene nada menos que 300 herramientas diferentes y tiene unas dimensiones de 60×30 cm cuando está cerrado, 60×60 cm abierto.
Como se puede apreciar existe una herramienta para cada necesidad según su aplicación en el ámbito de la reparación técnica.
En nuestro trabajo o estudio nos vamos a encontrar con un sinfín de herramientas producto de diferentes estudios, metodologías, tratados, cursos a los que asistimos o fruto del conocimiento científico (economía, psicología, física, etc.)
Es posible que cada nueva teoría o estudio en el ámbito de los problemas, procesos o proyectos traiga consigo alguna nueva herramienta (metodológica) que en su aplicación novedosa nos puede llevar a más de una confusión cuando queremos ponerla en práctica en nuestro entorno.
Algunos ejemplos básicos de herramientas pueden ser una plantilla en excel para llenar ciertos datos, un checklist como control para algunas actividades, un flujograma de un proceso estandarizado en base a mejores prácticas de la industria, un juego de simulación, etc.
“Si la única herramienta que tienes es un martillo,
todos los problemas parecen clavos”
Existe la tendencia a que luego de que nos presentan una herramienta y vemos como se aplica en un ejemplo o caso práctico intentamos querer aplicarla en cualquier dificultad que se nos presenta y vemos que nos faltan datos, que no sabemos como aplicarla, que los resultados no coinciden con lo que esperamos o con lo que paso en el ejemplo, y por lo tanto nos sentimos defraudamos por dicha herramienta, cuando nuestro error puede ser el intentar aplicar la misma herramienta para todos los problemas que se nos presentan.
Así como es importante conocer nuevas herramientas o determinadas técnicas, más importante aún es conocer como aplicarlas, es decir entender su ámbito de aplicación, la secuencia en la que tiene que ejecutarse, entender o saber leer los resultados, y darnos cuenta cuando no corresponde aplicarlas.
Lo realmente difícil no es conocer la herramienta, sino saber cuándo y cómo aplicarla, y cuál herramienta corresponde aplicar.
Por lo tanto como sucede en los oficios técnicos iremos escogiendo y teniendo en nuestra caja las diferentes herramientas, pero así como cada herramienta esta diseñada para una aplicación, dependerá de nuestros conocimientos y experiencia el poder identificar que herramienta utilizar en el momento adecuado.
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